martes, 15 de octubre de 2013

CUIDADO! AHÍ VIENE EL AMOR


Se puede vivir sin amor? Hay veces que entregamos nuestros más sinceros sentimientos a personas que son especiales en nuestras vidas: padres, hermanos, amigos, parejas, hijos y bueno a quien nosotros les damos permiso para entrar en lo más profundo de nuestro ser.
Amamos, queremos, nos ilusionamos pensando que todo a nuestro alrededor es perfecto y que durará así toda la vida. Pero la vida tiene días buenos y días malos, instantes de dicha, tristeza y decepción.

Es fácil amar cuando todo nos va bien, bien en el trabajo, bien en nuestra carrera, bien con nuestro presupuesto, bien con la pareja que creemos hasta ese momento ideal, con los amigos que pensamos leales y sinceros, con los hermanos que apoyan, con los hijos sin problemas...es decir, cuando sentimos que nos sobra tanta dicha...pero,  Qué hay cuando sentimos que nos faltan cosas, sentimientos que otras personas no nos dan en la misma medida que nosotros damos?, cuando la realidad nos va quitando poco a poco el tul que nos hace ver solo las cosas bellas de la vida.
Somos capaces de mantener inmutables nuestro "gran amor" y nuestra entrega? o sucumbimos a nuestras carencias, a lo poco que recibimos de los demás?

Pienso que el ser humano es una fuente inagotable de oportunidades para volver y volver a la carga cuando algo nos desarma por completo y nos deja frágiles en las más hondas de las tristezas. No sé cómo lo hacemos. Será, que nos detenemos  frente al espejo para ver qué queda de nosotros luego de que ese "tornado" nos despoja de nuestras ilusiones de un solo tirón, dejándonos ver destruidas? Entonces, una fuerza interior (estoy segura que es la fuerza del corazón!), nos hace decidir dejar de hacernos más daño recordando la falta, el nombre, lo que dimos y no nos dieron; comenzamos a pensar en nosotras, en nuestras virtudes que siempre serán más que nuestros defectos y con la esperanza de que las personas indicadas pasarán en algún momento por nuestras vidas y volveremos a reir nuevamente en familia, en pareja, en un grupo de amistades, en el trabajo. 
No te niego de que ya he perdido la cuenta de cuántas veces he llorado de pena, decepción, impotencia, carencia, frustración, por despedidas temporales o por despedidas eternas que aún me duelen al dormir y al despertar. He visto partir algunas veces, al que llamé en ese momento el "amor de mi vida" pero al mismo tiempo he vuelto a renacer con otro amor más profundo, ojo!! no digo perfecto, digo profundo porque a pesar de pasar altas y bajas no fueron lo suficientemente fuertes las mareas para  él como para alejarse y desaparecer. Igual yo, me mantengo junto a él. 

Y qué me dices de los amigos? los hay de todos los colores y de todos los tamaños. Amigos que se volvieron familia, familia que se volvió desconocida, hermana que más parece hermanastra, hermana que es amiga, madre y apoyo, amigos que con el tiempo se olvidaron de uno, amigos que se volvieron enemigos causando dolores en el corazón y de cabeza!!.  Amigos que amo con sus pocas virtudes y sus grandes errores, tanto, como ellos a mi. Amigos que te sonríen mientras te clavan las uñas por la espalda (esos duelen hasta el alma) y amigos que nunca tuvieron las ganas de serlo.
El amor es tan intenso y tan inmenso que sobrepasa a cualquier problema o dilema. El amor se transforma, se nutre de nuestros errores y de los errores de los demás. Aprende a sobrevivir y a vivir plenamente una y otra vez. Por amor comprendemos, por amor nos comprenden. No hay duda que el amor está ahí muy dentro de nosotros dispuesto a ponerse su armadura y luchar para mantenernos de pie. Por amor morimos y por amor renaceremos las veces que nosotros queramos. Eso! Que-Ra-Mos,  porque todo está dentro de nosotros, todo cambio viene desde el corazón y la voluntad. Sin amarnos primero, sin que uno no lo quiera, nada es posible.

1 comentario:

  1. Solo la fuerza del Amor te lleva a decidir (porque el amor es una decisión) a querer, amar, aceptar al objeto del amor, llámese pareja, amigo o familia y luego de la decepción o la desazón que deja las expectativas no alcanzadas con quien amas o decides amar es nuevamente la fuerza del Amor pero esta vez, a tí mismo, el que te lleva decidir dejar de querer, dejar de amar, dejar de aceptar pero hay una fuerza mayor que te lleva a decidir perdonar (porque el perdón al igual que el amor es una decisión) al que fue el objeto del amor... pero esa fuerza no viene de tí porque sería una pobre o débil fuerza (contradictorio, no???) es una fuerza que viene de su fuente real, viene de DIOS porque sólo con Él podremos tomar esa dura y difícil decisión de dejar de amar a quién fue lo más importante, a quién más admirabas, de quién más esperabas, en quién más confiabas y quién más te hirió...sólo con Su Fuerza no sólo dejará de dolerte sino que capacitará para seguir decidiendo amar aún cuando tenga otra vez que decidí perdonar...

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