Se puede vivir sin amor? Hay veces que
entregamos nuestros más sinceros sentimientos a personas que son especiales en
nuestras vidas: padres, hermanos, amigos, parejas, hijos y bueno a quien
nosotros les damos permiso para entrar en lo más profundo de nuestro ser.
Amamos, queremos, nos ilusionamos
pensando que todo a nuestro alrededor es perfecto y que durará así toda la
vida. Pero la vida tiene días buenos y días malos, instantes de dicha, tristeza
y decepción.
Es fácil amar cuando todo nos va bien,
bien en el trabajo, bien en nuestra carrera, bien con nuestro presupuesto, bien
con la pareja que creemos hasta ese momento ideal, con los amigos que pensamos
leales y sinceros, con los hermanos que apoyan, con los hijos sin
problemas...es decir, cuando sentimos que nos sobra tanta dicha...pero,
Qué hay cuando sentimos que nos faltan cosas, sentimientos que otras
personas no nos dan en la misma medida que nosotros damos?, cuando la realidad
nos va quitando poco a poco el tul que nos hace ver solo las cosas bellas de la
vida.
Somos capaces de mantener inmutables
nuestro "gran amor" y nuestra entrega? o sucumbimos a nuestras
carencias, a lo poco que recibimos de los demás?
Pienso que el ser humano es una fuente
inagotable de oportunidades para volver y volver a la carga cuando algo nos
desarma por completo y nos deja frágiles en las más hondas de las tristezas. No
sé cómo lo hacemos. Será, que nos detenemos frente al espejo para ver qué
queda de nosotros luego de que ese "tornado" nos despoja de nuestras
ilusiones de un solo tirón, dejándonos ver destruidas? Entonces, una fuerza
interior (estoy segura que es la fuerza del
corazón!), nos hace decidir dejar de hacernos más daño recordando la
falta, el nombre, lo que dimos y no nos dieron; comenzamos a pensar en
nosotras, en nuestras virtudes que siempre serán más que nuestros defectos y
con la esperanza de que las personas indicadas pasarán en algún momento por
nuestras vidas y volveremos a reir nuevamente en familia, en pareja, en un
grupo de amistades, en el trabajo.
No te niego de que ya he perdido la
cuenta de cuántas veces he llorado de pena, decepción, impotencia, carencia,
frustración, por despedidas temporales o por despedidas eternas que aún me
duelen al dormir y al despertar. He visto partir algunas veces, al que llamé en
ese momento el "amor de mi vida" pero al mismo tiempo he vuelto a
renacer con otro amor más profundo, ojo!! no digo perfecto, digo profundo
porque a pesar de pasar altas y bajas no fueron lo suficientemente fuertes las
mareas para él como para alejarse y desaparecer. Igual yo, me mantengo
junto a él.
Y qué me dices de los amigos? los hay de
todos los colores y de todos los tamaños. Amigos que se volvieron familia,
familia que se volvió desconocida, hermana que más parece hermanastra, hermana
que es amiga, madre y apoyo, amigos que con el tiempo se olvidaron de uno,
amigos que se volvieron enemigos causando dolores en el corazón y de cabeza!!.
Amigos que amo con sus pocas virtudes y sus grandes errores, tanto, como
ellos a mi. Amigos que te sonríen mientras te clavan las uñas por la espalda
(esos duelen hasta el alma) y amigos que nunca tuvieron las ganas de serlo.
El amor es tan intenso y tan inmenso que
sobrepasa a cualquier problema o dilema. El amor se transforma, se nutre de
nuestros errores y de los errores de los demás. Aprende a sobrevivir y a vivir
plenamente una y otra vez. Por amor comprendemos, por amor nos comprenden. No
hay duda que el amor está ahí muy dentro de nosotros dispuesto a ponerse su
armadura y luchar para mantenernos de pie. Por amor morimos y por amor
renaceremos las veces que nosotros queramos. Eso! Que-Ra-Mos, porque todo está dentro de
nosotros, todo cambio viene desde el corazón y la voluntad. Sin amarnos
primero, sin que uno no lo quiera, nada es posible.
Solo la fuerza del Amor te lleva a decidir (porque el amor es una decisión) a querer, amar, aceptar al objeto del amor, llámese pareja, amigo o familia y luego de la decepción o la desazón que deja las expectativas no alcanzadas con quien amas o decides amar es nuevamente la fuerza del Amor pero esta vez, a tí mismo, el que te lleva decidir dejar de querer, dejar de amar, dejar de aceptar pero hay una fuerza mayor que te lleva a decidir perdonar (porque el perdón al igual que el amor es una decisión) al que fue el objeto del amor... pero esa fuerza no viene de tí porque sería una pobre o débil fuerza (contradictorio, no???) es una fuerza que viene de su fuente real, viene de DIOS porque sólo con Él podremos tomar esa dura y difícil decisión de dejar de amar a quién fue lo más importante, a quién más admirabas, de quién más esperabas, en quién más confiabas y quién más te hirió...sólo con Su Fuerza no sólo dejará de dolerte sino que capacitará para seguir decidiendo amar aún cuando tenga otra vez que decidí perdonar...
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